Aprendes. A
veces no te queda otra, no tenes opción.
Yo aprendí
la rutina de buscar trabajo, de que se te rían en la cara, escuchando siempre
los mismos chamuyos. Porque no creo que lo que digan sea cierto, todos dicen lo
mismo: cualquier cosa te llamamos. Después de tantas entrevistas sabes todo lo
que dicen.
Y nadie
llama. Nadie te quiere en una segunda entrevista, en alguna prueba ni que
empieces mañana. Y olvídate de trabajar de lo que te gusta o de tener un
horario agradable y mucho menos que tu sueldo te alcance.
Aprendes a
ir y venir en esta búsqueda, a realizar todos los días la misma rutina, a
caminar, a recorrer, a empapelar BS.AS. con los curriculums que dejo, aprendes
a escuchar el mismo verso, a poner la
“mejor cara” frente a una entrevista y que tu entrevistador diga: cualquier
cosa te llamamos.
Se que no
soy la única. La situación del país esta cada vez peor. A veces la edad te
juega en contra, otras la poca o nula experiencia en algún ámbito. Soy joven, y
¿Qué? Eso no es garantía de nada. Tampoco el estudio me garantiza que encuentre
un laburo acorde.
Nadie hace
algo por uno. La mayoría, por no decir todas, las personas que conozco saben
desde años que busco trabajo. Y nadie hace algo, nadie te ayuda. Parezco
invisible. Cada uno mira lo suyo sin importarle el de al lado.
Parezco un
caballo que no puede mirar hacia los costados; que, solamente, puede caminar.
Es fea la comparación, lo se, pero es así. No se ni hacia donde voy ni si voy a
llegar algún sitio. Pero voy; estoy “programada” para vivir en la búsqueda
laboral y sentir que todos te mientes. Va, si a esto se le puede llamar vivir.
Si esto es
vida, no se la deseo a nadie. Es lo peor que te puede pasar. Porque no hace ni
dos meses ni un año que estoy de esta manera; hace años que sufro y lamento lo
que me sucede. Si esto es vida, que me parta un rayo. Así no quiero y no puedo
vivir.
Aprendí a
no esperar nada de los demás.
Aprendí a
los golpes, pero lo hice. Esto sucede cuando no tenes otra opción, cuando no
podes elegir, cuando pasas mas tiempo en la búsqueda laboral que con el.
Aprendí a
sobrevivir en vez de vivir.
Aprendí a
realizar todos los días la misma rutina.
Aprendí a
no disfrutar de los feriados, ya que lo siento como un día perdido.
Aprendí a
que todo sea monótono y no saber disfrutar de las cosas ni de las salidas.
Aprendí a
terminar agotada, tanto física como psicológicamente, luego de haber recorrido
las calles dejando curriculums.
Aprendí a
ver como los demás viven y yo no.
Aprendí a
ver como se me va la vida y ni la vivo ni la disfruto.
Aprendí que
el que nunca busco trabajo no sabe lo que es estar en esta situación.