Muchas personas no son capaces de decir qué
les ha llevado a enamorarse y elegir como pareja a una persona en particular.
Simplemente sienten una atracción especial hacia esa persona. Pero resulta mas
difícil explicar, después de esto, que alguien se “desenamore” debido a que la
relación se vuelve claramente conflictiva y dolorosa.
Las personas tienden a relacionarse con sus
parejas en la edad adulta de modos similares a como aprendieron a relacionarse
con sus padres durante su infancia. En la mayoría de los casos son mujeres. No
digo que los hombres no lo hagan, pero últimamente se ven mas mujeres con estas
actitudes.
Priorizan la relación de pareja sobre
cualquier otra cosa desatendiendo, por ejemplo, al resto de la familia y el
trabajo. Sienten una excesiva necesidad de la pareja; se puede evidenciar en
constantes llamados telefónicos. Presentan miedo a la ruptura de la relación
conyugal, al rechazo y al abandono. Terminar una relación intima las destroza y
hacen muchos intentos para reanudarla. Suelen ser mujeres que eligen parejas egoístas
y hostiles, a la que idealizan sobrevalorando sus cualidades. Una vez que
comienzan la relación se someten y se subordinan como modelo de atar al otro.
Tienen una necesidad excesiva de agradar a las
personas, preocupándose por su propia apariencia física; baja autoestima;
menosprecio de sus cualidades personales; y búsquedas continuas de relaciones
de pareja, creyendo que no pueden vivir sin el otro. Suelen tener baja
autoestima, por eso generan grandes expectativas en la pareja. Si no están en
pareja, suelen tener pensamientos obsesivos en torno a la ex pareja,
privilegiando los buenos momentos de la relación olvidando así los instantes
tormentosos.
Estas actitudes suelen traer aparejados otros
problemas, como gran insatisfacción consigo mismas y miedo a estar solas. Así
quedan aferradas a una historia pasada y no pueden seguir. Si hay hijos de por
medio, suelen utilizarlos de rehén. Los utilizan como excusas.
De esta situación se sale de a poco, hay que
cambiar pequeñas actitudes. Hay que cambiar conductas pequeñas, agregar cosas
agradables a la vida, gente positiva. Esto no te va a resolver el drama de un
día para otro, pero ayuda. No hay que buscar enseguida a otra persona, porque
un clavo no saca a otro clavo. Y nunca dejar de consultar a un profesional: en
estos casos recomiendo una inter consulta con un psicólogo.