domingo, 30 de enero de 2011

Hace tiempo que no te veo.
Hace tiempo que no escucho tu voz.
Hace tiempo que no se nada de vos.
Me heriste.
Me lastimaste.
Me hiciste sufrir.
Sigo sufriendo por vos.
Te sigo recordando.
Me sigo acordando de vos.
Quiero olvidarte pero no puedo.
Quiero sacarte de mi mente pero no puedo.
¿O será que no quiero sacarte de mi cabeza?
Heriste mi corazón y mi alma.
Mis ganas de seguir viéndote y llamándote
Se borraron en unos pocos segundos.
Ha pasado tiempo
Y tengo ganas de verte,
De hablar con vos.
No se porque.
No se para que.
Mis ganas de tocarte y besarte
Se han ido.
Tus palabras son puñales
Que lastiman mi alma.
Me clavaste una estaca
Que aun perdura.
A pesar de todo esto,
¿Porque sigo con ganas de verte?

jueves, 13 de enero de 2011

taller de periodismo

Consigna: utilizar las siguientes palabras en una historia: mar, leon, doncella, aguila y anciana. 

Bajo las estrellas
Esta el mar,
Imponente e infinito.
Aquel feroz leon
En el cual las miradas
Se pierden, se entrecruzan
Bajo la luz del atardecer.
Aquella aguila que veo
Cruzar el mar,
Siempre hace su ultimo vuelo
A la hora de retirarse el sol.
Soy una anciana
Que ve su vida ya pasada,
Recordando en la fogata armada
Sobre la arena
Que en alguna época
Ha sido una doncella.

ESCRITO EN EL TALLER DE PERIODISMO

El silencio era el dueño del lugar. Apenas el viento al acariciar los cardos, rompía la monotonía. La noche se resisita a emigrar, presagiando la mas inerte tranquilidad o, por que no, la mas trágica jornada campera.
La casa recién remozada, daba al campo su sombra quieta y vacía. Apenas faltaban dos días para que los hijos y nietos llegaran a pasar un nuevo fin de semana, bullicioso y divertido. Ahí, en esos días, la casa temblaba desde sus cimientos sin explicarse los por que, pero sabiendo que ya nunca mas estaría en las sombras que precedieron su remodelación.
Llegaron con sus alegrías, con sus risas, con sus ganas. La casa, una vez mas, y por ultima quizás, se abrió como un gran abrazo.
Y como quien no podría pensarlo jamás, ni siquiera atreverse a soñarlo en la mas insólita pesadilla, comenzaron a sentir el temblor del suelo y el vibrar de los vidrios. A su vez la angustia no se hizo esperar.
Iban a morir de a uno. Ellos no lo saben, apariciones, pesadillas, cosas rotas. Con dos hijos en la casa y cuatro nietos el terror forma parte de sus vidas. Los nietos desaparecen de a uno y los hijos uno a uno, colgados del cuello en habitaciones distintas. Y el misterio sigue. La casa será habitada la semana que viene, ¿qué pasara ahora?