jueves, 13 de septiembre de 2012

ACV



El ACV es un accidente cerebrovascular, es una interrupción del suministro de sangre a cualquier parte del cerebro, ya sea por rotura de los vasos, o bien por oclusión de estos y que origina una serie de síntomas variables en función del área cerebral afectada.
Si se detiene el flujo sanguíneo durante más de unos pocos segundos, el cerebro no puede recibir sangre y oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, causando daño permanente. Es una causa muy frecuente de muerte y la primera causa de invalidez en los adultos.
El cuadro clínico es variado y depende del área encefálica afectada. Ataca a cualquier edad.
El 29 de octubre se conmemora el Día Internacional del ACV.
Cuatro de cada 10 porteños desconoce los síntomas de la enfermedad. La importancia de la detección y la atención tempranas. Un accidente cerebrovascular se produce cada cuatro minutos en la Argentina donde unas 2.300 personas mueren por año a raíz de la afección.
Los síntomas generalmente se presentan de manera súbita y sin aviso o pueden ocurrir a intervalos durante el primero o segundo día.
Síntomas mas frecuentes: pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, o parálisis en la cara; dificultad para expresarse, entender lo que se le dice o lenguaje ininteligible (afasia); dificultad al caminar; pérdida de equilibrio o de coordinación; mareos; y dolor de cabeza brusco, intenso e inusual.
La mayoría de las veces se presenta con dolor de cabeza. Este comienza repentinamente y puede ser intenso, al estar acostado y empeora cuando se cambia de posición o cuando se agacha, hace esfuerzo o tose.
Si se esta frente a una persona que tiene síntomas del ACV, pídale que haga lo siguiente: que sonría exageradamente mostrando los dientes (podrá observar como un lado de la cara desciende o no se mueve), con los ojos cerrados levantar ambos brazos (uno de los brazos cae hacia abajo o no se mueve) y que diga frases sencillas (dirá incoherencias o no podrá habla).
Para reconocer los síntomas tratar de recordar lo siguiente que son las “5 C”: la señal del “cuerpo” se manifiesta al sentir la mitad débil, dormida o paralizada, sobre todo cara, brazos y piernas. La “confusión” para hablar o entender. La “ceguera” se expresa en la visión borrosa o en su pérdida repentina. La de la “caminata” se advierte al no poder avanzar o en la pérdida del equilibrio. Y la de la “cabeza” como el lugar en el que puede registrarse un dolor severo, repentino y persistente.
La causa más frecuente de esta enfermedad es la pérdida del lenguaje, porque generalmente afecta al hemisferio izquierdo del cerebro donde se encuentran la expresión y comprensión del lenguaje. La cantidad de personas afectadas por ACV en Argentina es de 100 mil, en donde el 21 % padece afasia.
La afasia es la pérdida total o parcial del lenguaje causado por una lesión cerebral. Las personas pierden la capacidad de expresión y comprensión, por lo que pueden tener dificultades para encontrar las palabras tanto para hablar como para escribir. Como se ve en el caso de Verónica Perdomo, los afásicos pueden alterar los sonidos y letras en las oraciones, por eso se le nota un leve acento extranjero al hablar o incluso se la oye repetir siempre las mismas palabras.
Los pacientes deben llegar al hospital dentro de un período de tres horas después del comienzo de los síntomas.
El tratamiento depende de cuán grave fue el accidente cerebrovascular y qué lo causó. La mayoría de las personas que lo padecen necesitan hospitalización.
Prevención: controlar la tensión arterial, el colesterol y la diabetes; evitar tabaco y alcohol; realizar ejercicio físico; evitar el sedentarismo, el estrés, la depresión; y tener una dieta saludable.
El 25% de los pacientes que sufren un accidente cerebrovascular fallecen en los primeros 30 días, una porción similar sobrevive pero queda con secuelas severas, otro tanto con moderadas y el último cuarto sólo registra secuelas leves o de ningún tipo.
Entre las huellas que puede dejar en el cuerpo un ACV se inscriben las motoras (debilidad en los miembros) y los trastornos visuales, del lenguaje o la deglución (problemas para tragar).
El objetivo del tratamiento después de un accidente cerebrovascular es ayudarle al paciente a recuperar la mayor funcionalidad posible y prevenir accidentes cerebro basculares futuros.
El tiempo de recuperación y la necesidad de tratamiento a largo plazo es diferente para cada persona. Los problemas para movilizarse, pensar y hablar con frecuencia mejoran en las semanas o meses después de un accidente cerebrovascular. Muchas personas que han tenido un accidente cerebrovascular aún seguirán mejorando en los meses o años después de éste.
Un claro ejemplo de que se puede salir adelante es de la modelo Verónica Perdomo. En 2009 sufrió un accidente cerebro bascular. En uno de sus viajes comenzó a sentir dolor de cabeza y fiebre. Cuando regreso a Buenos Aires perdió la visión de un ojo y todo derivó en un ACV. Luego de haber salido del coma tuvo que aprender a hablar, escribir y a mover su cuerpo. Después de un largo periodo de haber estado internada, de a poco se va recuperando. Claramente es un ejemplo de vida.

lunes, 3 de septiembre de 2012

COMO HIDRATAR LA PIEL EN INVIERNO



El principal motivo que provoca una resequedad de la piel en invierno es principalmente el frío que causa una contracción de los vasos sanguíneos disminuyendo la irrigación de la piel, los sistemas de calefacción que aumentan la sequedad del ambiente y también de nuestra piel. El agua caliente de la ducha, el exceso de ropa y la disminución en la cantidad de agua que se ingiere diariamente ayudan a deshidratar la piel.
La falta de hidratación incrementa la sequedad. La deshidratación es un estado cutáneo que depende de muchos factores (clima, ambientes cerrados, cosméticos mal adaptados, etc) que se traduce en la imposibilidad de la piel de conservar el agua que recibe. No importa el tipo de cutis ni la edad que tenga la persona, todos podemos sufrir de deshidratación cutánea y lo más importante es que es un estado reversible.
Regla de oro: una buena higiene. Limpia y desmaquilla el rostro dos veces al día, mañana y noche, es primordial. Aunque llueva, haya viento o sol, la piel tiene que estar purificada y tonificada antes de se hidratada.
Como detectar una piel deshidratada: tirantez en pómulos y comisuras labiales, disminución de elasticidad. Maquillaje con aspecto quebradizo y rostro sin resplandor.
Métodos: aplicar un tratamiento revitalizante, hidratar la piel con productos ideados para esta problemática, impedir la perdida de agua, disminuir la tirantez en zonas localizadas y evitar descamación.
En invierno, al igual que el resto del año, hay que prestar atención a la radiación solar y la protección de la piel. Tips: utilizar cremas o emulsiones que contengan factor de protección solar. Al colocar el protector prestar atención a las zonas que suelen quedar expuestas: rostro, labios, orejas, nuca y manos. Utilizar el FPS inclusive los días nublados, ya que las nubes dejan pasar el 85% de las radiaciones UV y aplicarlo siempre 20 a 30 minutos antes de la exposición, para que penetre en la piel y los filtros alcancen su mejor efecto de protección. Utilizar sombreros y/o pañuelos y lentes de sol con filtro UV para prevenir problemas oculares. El frío y el viento resecan la piel, lo ideal es hidratarla siempre con geles o emulsiones postsolares primero y luego aplicar una crema o emulsión hidratante.
También como método se encuentra el Peeling. Renueva la piel de la cara a partir de diferentes ácidos que necesitan de la ausencia del sol para lograr los mejores resultados.
Elegir cremas adaptadas con texturas ricas, preferentemente en invierno, ya que nutren la piel. Aplicar mascarillas hidratantes, nutritivas, regenerantes, dos veces por semana. Los activos beneficiosos reparan la piel y la preparan para afrontar las agresiones externas.
Todo producto de tratamiento debe aplicarse en cara y cuello perfectamente limpios - mañana y noche - se maquille o no. Aunque el maquillaje sea hidratante, antes, se debe usar una crema de base. Utilizar cremas hidratantes, una vez al día, sin importar la edad o tipo de piel. Recordar que la efectividad nace en la constancia y, para ello, se deben usar productos que sean agradables además de efectivos. Utilizar cremas que conserven la humedad a lo largo del día (eficacia 24hs)
Evitar jabones agresivos, agua muy caliente o baños muy prolongados, aguas pesadas o muy calcáreas y ambientes cerrados y calefaccionadas.
Algunas cremas hidratantes deben aplicar a primera hora del día para que actúe mientras nos movemos, como por la noche antes de acostarnos. Deberemos ser constantes en la aplicación de esta crema si queremos obtener los resultados esperados.
No olvides cuidar tu piel día a día aplicando productos de exfoliación suaves para el uso diario; también es recomendable usar mascarillas una vez a la semana, o dos veces al mes. Este tipo de mascarillas nutren la piel a profundidad aportándole belleza y vitalidad.