sábado, 20 de diciembre de 2014

FIN DE AÑO



Diciembre. Otra vez las fiestas. Otro año que se va. Que rápido sucede todo: se va un año en el que hubo alegrías, tristezas, llanto, emociones, personas que se agregaron a mi círculo de vida, momentos para recordar y otros para olvidar.
Período de balances, de reflexión y de proyectar. Reuniones familiares. Brindis. Regalos. Saludos. Festejos. Encuentros. Reencuentros. Despedidas. Un año en el que reino el aprendizaje y valorar a los que tenemos. El tiempo y el día a día demuestran quien va a seguir en mi vida y quien no.
Amistades que se suman y otras que se alejan. Gente nueva y otras que son pasajeras. La familia presente, va los indispensables, los que sabes que podes contar. Hermosos momentos vividos juntos a todos ellos.
Nos invade una sensación extraña: llegan las fiestas y con ellas la costumbre de reunir a la familia, de agrupar personas que no suelen verse a lo largo del año y de comer comidas que vaya a saber por qué solo están reservadas para las fiestas como el vitel thone.
Las fiestas “obligan” a regular las emociones que provocan con el fin de pasarlas lo mejor posible.
Es una época del año que no me agrada, porque me pone triste y hay seres queridos que físicamente no están y los extraño. Fue un año difícil, con proyectos pendientes y con vaivenes económicos. Pequeños momentos agradables que “compilados” suman muchos: vacaciones, cursos, amistades. Pero voy a seguir luchando por cumplir esos proyectos y sueños que me quedaron pendientes, y agrego mas metas por cumplir. Ni la derrota ni los fracasos me van a vencer. Aprendí que la vida es una sola y a vivir el día a día. No hay que quedarse estancado en los fracasos ni en lo desagradable que ha sucedido; de todo se aprende y es experiencia.
Es muy difícil levantarse después de haber caído. Pero nada ni nadie es eterno.
Se que cuesta seguir adelante. Pero las piedras en el camino me hicieron mas fuerte.
Disfrute de pequeños momentos, ya que la alegría en parte es eso: salidas y charlas con amigas, momentos familiares, cumpleaños, conversaciones telefónicas, risas espontáneas, un nuevo amanecer, el olor a pasto recién cortado, la compañía de mi mascota, bailar mientras que escucho mi canción preferida, el atardecer, la lectura de un libro, la compañía diaria del mate y la radio. Este año tuve la suerte (o el honor, mejor dicho) de haber vivido y disfrutado del Mundial en Brasil. Argentina llego a la semifinal y eso no es algo que sucede muy seguido. Para mi fue y es una alegría enorme porque lo disfrute y lo viví como nunca antes me paso. Son las pequeñas cosas las que me hacen feliz. La felicidad no es eterna, es lo cotidiano y lo pequeño.
GRACIAS a mi familia por estar y acompañarme un año mas.
GRACIAS a mis amistades por los consejos, las risas y los buenos momentos.
GRACIAS a los que pasaron en mi vida, ya sea por unos días o por un periodo.
GRACIAS a los errores porque de ellos se aprende.
GRACIAS a los recuerdos ya que me recuerdan de donde vengo.
GRACIAS porque de todo se aprende.
Compartir y celebrar con otros restituye a los propios espacios de disfrute almacenados en el cerebro. Hay que enfocar nuestra energía positiva en cosas simples.
Por eso brindo por muchos años mas de vida, por la familia y la amistad, y el recuerdo de los que nos están a nuestro lado. Que el 2015 sea mejor que el que se va con amor, esperanza, sueños que cumplir, con fe y felicidad. Brindo por mas buenos momentos, por la compañía, por mas risas, por disfrutar de los pequeños momentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario