domingo, 10 de junio de 2012

LA IMPORTANCIA DEL DESAYUNO


Un desayuno equilibrado contribuye a un reparto más armónico de las calorías a lo largo del día y proporciona, además, una ración de seguridad de muchos nutrientes.
La alimentación que efectúan gran parte de los niños y adolescentes a primera hora de la mañana contiene un aporte calórico inferior a lo recomendado.
Algunas de las consecuencias de saltarse el desayuno son decaimiento, falta de concentración y mal humor, debido al déficit de glucosa -nuestro principal combustible energético- que produce el ayuno.
A primera hora de la mañana el organismo lleva ya entre 8 y 10 horas sin recibir ningún alimento. Durante el sueño, muchas funciones cerebrales "se duermen" necesitando del aporte energético que les proveerá el desayuno para reactivarse para el día. La falta de glucosa empuja a nuestro cuerpo a quemar otras reservas energéticas, lo que causa múltiples alteraciones en el normal funcionamiento orgánico. En edades escolares, esto condiciona el aprendizaje y acarrea un descenso del rendimiento, ya que la capacidad de expresión, de memoria, de creatividad y de resolución de problemas quedan particularmente afectadas.
Se puede considerar que el desayuno es un hábito alimentario que llega a condicionar el estado físico, psíquico y nutricional en personas de todas las edades.
Beneficios relacionados con la toma de un buen desayuno: mejora del estado nutricional; si el desayuno incluye: tostadas, pan, cereales de desayuno, galletas sencillas, etc., el consumo diario de grasa es menor; si se incluyen cereales de desayuno o panes integrales las posibilidades de satisfacer las necesidades de fibra son mayores; vitaminas y minerales; control del peso; favorece el transito intestinal; mejora los niveles de colesterol sanguíneo; y rendimiento físico e intelectual.
Tomar un buen desayuno ayuda a realizar ingestas más altas de la mayor parte de los nutrientes que el organismo precisa. Las personas que no desayunan suelen seguir una dieta de peor calidad, mientras que quienes lo hacen, suelen hacer una dieta menos grasa y más rica en fibra, vitaminas y minerales.
Para comenzar el día de manera equilibrada, deben estar representados como mínimo los siguientes grupos de alimentos: lácteos, frutas, pan, frutos secos y cereales.
Muchas personas salen de casa sin desayunar o habiendo tomado sólo un café y algún dulce. El problema es que desayunar muy poco y hacerlo sólo en forma de azúcares y grasas nos aportará muy poco "combustible".
El organismo decae porque pasadas más de 8 horas desde la última comida y al no haber glucosa disponible, el cuerpo empieza a quemar sus reservas, lo cual altera el normal funcionamiento del metabolismo.
Consejito: Si cuando se levanta no tiene apetito, reduzca los alimentos de la cena: dormirá mucho mejor y se despertará con ganas de desayunar.
Si su problema es el tiempo, deje la mesa preparada la noche anterior. Así solamente tendrá que poner los alimentos y las infusiones o jugos, y desayunar le llevará menos tiempo.
El ritmo vertiginoso de la vida diaria muchas veces nos lleva a salir de casa sin desayunar. Tendríamos que cambiar ese ritmo, ya que el desayuno es esencial en nuestras vidas. Este es fundamental para “terminar de despertarnos” y para contar con la energía necesaria para realizar nuestras actividades. Una buena idea es hacerle caso al refrán: “desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”.

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