sábado, 10 de agosto de 2013

EL MATE



Ese gran compañero, fiel amigo de charlas, risas, llanto, días de estudio, de nerviosismo, entre amigos. Si mi mate hablase, estaría días narrando hechos. Tantas cosas compartidas
Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates.
La gente pregunta cuando no hay confianza: "¿Dulce o amargo?". El otro responde: "Como tomes vos". Dulce o amargo, lavado o recién empezado, muy caliente o tibiecito: su compañía es única.
La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie. El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien y te hace
pensar cuando estás solo.
El mate nos brinda placer al llevarlo a nuestros labios, hamacar el líquido en nuestro paladar y descender tibiamente hacia nuestro estómago. También están quienes sostienen que tomar mate un modo de evitar las comidas. Sí, porque puede acompañarnos durante horas mientras trabajamos, estudiamos o realizamos una tarea que demanda alta concentración. Porque se bebe en cada hogar de la región todos los días: a la mañana –como desayuno-; a la media mañana –como un regalo que entona y despeja la mente del stress- o después de las comidas abundantes, como digestivo.
El mate es la generosidad de dar, de la hospitalidad, de compartir, es la obligación de decir “gracias” al menos una vez en el día.

HISTORIA DEL MATE:
Los indios guaraníes salían prepa­rar la yerba para su consumo y eran grandes bebedores de mate. Utilizaban agua fría y mezclaban la yerba con otras hierbas aromáticas. Los conquistadores aprendieron a conocer las propiedades estimulantes del mate e hicieron de él una de sus bebidas predilectas. Con el mate suplantaban las bebidas regionales a que estaban acostumbrados en Europa, y, además, lo modificaron al prepararlo como infusión, con agua caliente, y al agregarle azúcar.
Y los hay de todos los colores y tamaños: de madera o de metal.

LENGUAJE DEL MATE:
* Mate hirviendo: odio.
* Mate con miel: casamiento.
* Frío: desprecio.
* Lavado (sin gusto): desgano.
* Con espuma: aprecio
* Amargo: Lealtad y franqueza
* Dulce: amistad.
* Con leche: amistad respetuosa.
* Con limos: prefiero no verte.
* Con naranja: ven a buscarme, quiero que vuelvas.
* Mate con azúcar quemada: simpatía.
Si al finalizar el mate no produce el sonido específico de aire pasando por la bombilla, es una gran descortesía hacia el cebador y su hogar. Si hace demasiado ruido con la bombilla, el mate no ha sido lo suficientemente bueno.
El mate nunca debe tomarse con la otra mano que no sea la mano con la que se recibió o entregó el primer mate de la ronda, puesto que es de mal augurio.

Se lo tome dulce o amargo, solo o en compañía, entre risas o llanto, es el gran amigo de la rutina. Es la costumbre porteña cuando estudias, cuando estas con amigos o simplemente pensativo. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario