domingo, 20 de diciembre de 2015

FIN DE AÑO



Tristeza, balances, despedidas, regalos, ir de un lado hacia otro, cansancio, sentimientos encontrados, encuentros y re-encuentros: así nos espera diciembre, sea el año que sea.
Reflexionar sobre el sentido de la vida, derribar obstáculos, enfrentar los miedos y dejar que las cosas fluyen siempre antes de incomodarnos con preocupaciones absurdas.
Este año tiene cierta carga emocional y, obviamente, física. Gente que se fue al cielo; amigos que siguen con sus vidas; la lucha constante por la supervivencia, por conseguir lo que uno quiere. En lo personal mi “vida”, por llamarlo de alguna manera, es igual desde hace tiempo. Es la rutina constante y la monotonía. Es saber que los años son todos iguales, ya que mi lucha es la misma desde hace años y no cambia, nunca consigo lo que quiero. Esto hace que los días, meses y años sean iguales y pida los mismos deseos con la intención de que se cumplan alguna vez. Es cambiar de año pero no sobre la búsqueda.
Mis metas y proyectos nunca se cumplen. Esto produce en mí un desgano y una lucha permanente que me hizo perder el disfrute de las pequeñas cosas, el no querer salir, el no saber lo que es vivir, el no saber disfrutar de muchas cosas.
Es una época del año que no me gusta, pero hay que sobrellevarlo. Es un mes de reflexión, de saber que otro año se va,  tristeza, llanto y ver que en la mesa hay lugares vacíos. Extraño a esas personas que físicamente no están pero que viven en mi alma y  corazón; la soledad y la búsqueda laboral me pesan, mi rutina es la supervivencia y la valentía constante.
Crecer y madurar con los años y el tiempo. Saber quien te importa y quien no, son pocos los que valen la pena y son oro.
Gracias a mis amigos por formar parte de mi vida. Aunque no nos veamos seguido, uno sabe con quien contar. Que nuestras charlas, risas, llantos y momentos compartidos sean eternos. Sentirte con ellos como si estuvieses en tu propia casa y hablaras en voz alta. A estos seres queridos, que son pocos, no quiero perderlos: que nuestra amistad sea eterna, que nuestros encuentros y charlas no se pierdan.
A la familia: algunos son estrellas que nos acompañan por las noches y otros forman parte del pasado. Pero cuento con los que están a diario, que acompañan el camino cotidiano. Compartir la rutina, las charlas, esos pequeños momentos que viven en el corazón.
A los seres queridos que se encuentran en el cielo sepan que uno los quiere y los extraña. No me olvido de ustedes y mi brindis también va por ustedes.
Disfrutemos de los pequeños momentos, de las charlas, de las risas, de los llamados. Que no se rompa una relación por motivos tontos. Por mas momentos compartidos con nuestros seres queridos.
Mis deseos son que cada uno encuentre lo que busca, que se cumplan lo que uno pide y quiere, por la unión familiar, por la alegría, que la felicidad ilumine nuestros rostros, la comprensión, la humildad, el trabajo, el amor y la paz. Que el niño Jesús esté en nuestros corazones. Que el 2016 sea mejor que el que se está yendo.
Levanto mi copa y brindo por mi familia y amigos. Por los que ya no están, por los que siguen en mi vida, a los que vemos y hablamos mas o menos seguidos, y por las estrellas que me acompañan desde el cielo.

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