El trabajo, los estudios, los amigos, los niños, la casa. Es
muy fácil acomodarse a las viejas rutinas diarias y que los días y las semanas
pasen sin pena ni gloria. Es sencillo acomodarse a lo que ya conoces y te
gusta.
Sin embargo, lo que éstas personas tienen no se puede ni
pesar ni contar ni medir. Su valiosa posesión es capacidad, voluntad y tiempo
para disfrutar de lo que les gusta. Para ellos, el lujo es hacer lo que quieren
y les gusta cuando mejor lo crean. El tiempo libre vale mas que cualquier
fortuna y el trabajo es el medio para conseguir lo que les importa: pasarla
bien.
Son individuos que se alejan de la rutina y se ven inmersos,
con muchas ganas, de hacer realidad sus emprendimientos. No quieren horarios ni
rutinas. De esta manera, trabajan desde cualquier computadora. Algunos eligen
vender productos, otros arman paginas webs. Y mientras hacen realidad sus
sueños, por ejemplo el de viajar, también trabajan ya que esta todo en
Internet. Esto atraviesa el mundo empresarial, cultural y profesional, entre
otros. Va mas allá de que la persona sea rica; tiene que ver con el
reconocimiento social y público. Se asocia a ser conocido por muchos y valorado
por una cualidad.
También hay otra tendencia que progresa: la tecnología avanza
y gracias a ella hay empresas que permiten a varios de sus empleados hacer uno
o dos días de “home office” y trabajar todo el tiempo en forma remota y sin
necesidad de estar en la oficina. Estas empresas emplean equipos donde el
gerente se comunica través de un conjunto de nuevas herramientas basadas en
Internet, y así trabajar manejando equipos a distancia, para obtener el máximo
rendimiento de sus empleados remotos.
Un teletrabajador es una persona a la distancia y pudiendo
en la mayoría de los casos manejar su propio ritmo, tiempos y lugar de trabajo,
dentro de la actividad que desarrolle.
Al trabajar por objetivos esta lucha entre vida personal y
profesional se optimiza. En vez de correr de un lado para otro tratando de
cumplir con sus obligaciones laborales y sus deseos personales, la mujer que
teletrabaja o se convierte en freelancer, puede llevar a los chicos al colegio
y regresar a casa a trabajar; salir a una cena romántica y cumplir con los
horarios sin la presión de un jefe que justo pide ese día que se queden un par
de horas extra en la oficina.
La principal virtud del que trabaja desde casa es que
acomoda sus días y horarios de trabajo a su propio esquema personal y familiar,
y encontrar trabajos extras en la web. Se gana mucho en autonomía e
independencia al acceder a mayor disponibilidad horaria.
Se optimiza mucho mas el tiempo y se recortan gastos, por
ejemplo, al no tener que almorzar a diario fuera de su casa, en transporte y
varios gastos que se incurre en el día a día por el mero hecho de “poner un pie
afuera”. Son modalidades distintas a las que se observan que, por cierto, no
están nada mal.
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