Aunque en el país se producen
alimentos para más de 400 millones de personas, la comida de la mayoría de los
argentinos (chicos y grandes, pobres y ricos) no tiene, según coinciden
diversos estudios, una alta calidad nutricional: cuatro de cada diez calorías
que integran esa dieta carecen de una concentración óptima de nutrientes
esenciales, como calcio, hierro, vitaminas, minerales, fibras y grasas buenas.
Mas de la mitad de la
alimentación diaria de los argentinos se centra en alimentos a base de trigo (pan, pastas, galletitas,
panificados, masas, pizza, empanadas, etc.), con azúcar (gaseosas,
jugos, golosinas, snacks, etc.), pollo y carnes rojas. Esto hace que la
alimentación de la mayoría no sea completa ni adecuada: tenemos demasiada
energía (ya que estos grupos de alimentos son muy calóricos) y nos faltan
nutrientes esenciales. Entonces, tenemos un alto índice de población con
sobrepeso pero desnutridos. Los excesos integran un conjunto de determinantes
del aumento en el sobrepeso, obesidad, enfermedades cardiovasculares y
diabetes.
También hay una dieta
deficiente en frutas y verduras. Estos son alimentos muy ricos en vitaminas y
minerales, aportan mucha agua y son bajos en calorías.
Tres de cada diez chicos
en etapa escolar con sobrepeso y una alimentación en la que sobran calorías,
grasas saturadas y sodio; como contracara, hay 30 % de anemia en chicos menores
de dos años y los desnutridos crónicos son el 10%. Una alimentación monótona y
de baja calidad es el elemento común. Actualmente, suelen trabajar ambos
padres, por lo tanto, la cena no suele ser nutritiva y sana. Los jóvenes suelen
imitar a los padres y, si ellos no se cuidan ni con la alimentación ni con la
actividad física ni con el cigarrillo y el alcohol (que son dañinos), no
pretendamos tener una sociedad sana que se cuida y respeta.
Los argentinos comen algo
menos de la mitad de las porciones de alimentos saludables que deberían
consumir, como verduras, frutas, leche, carnes de diverso tipo, cereales,
legumbres y aceites. Tenemos el consumo de pan mas alto del mundo.
Por ejemplo, se consumen 350 gramos de carne al
día cuando lo recomendable es comer 170 gramos al día. En el caso de las harinas y
sus derivados (como harinas, panificados, pizzas o fideos), batatas y papas su
calidad nutritiva es baja, llenan el estómago con poca plata y su consumo
supera el 128 % de la ración ideal que podría cubrirse con una papa chica, dos
pancitos chicos y unas pocas galletitas. El 38 % de los líquidos son infusiones
como el mate y el té. Y golosinas sobran. El cuerpo precisaría a diario 450 gramos de verduras y
otro tanto de frutas. El argentino promedio 195 gramos de verduras,
140 de frutas y con poca variedad. Tres veces al día de yogurt o leche estarían
bien, pero se ingieren poco mas de uno.
Las peores costumbres son:
*Consumir altas dosis de
gaseosas, jugos y aguas saborizadas. Estas son bebidas artificiales, cargadas
de azúcar y edulcorantes, saborizantes, colorantes, etc. Nada de esto natural.
* El deficitario consumo de
frutas, verduras y legumbres.
* El alto consumo de harinas
refinadas.
* El hecho de saltear
comidas.
Según los nutricionistas,
para mejorar el consumo de cereales habría que intentar disminuir a la mitad la
cantidad de pan que ingerimos y aumentar la presencia en la mesa de pastas,
arroz o cereales simples y legumbres.
Los cereales son la base de
la dieta. Evitar el consumo exagerado de pan y de azúcares simples y
reemplazarlos por cereales sería beneficioso.
Últimamente, hay una mayor
tendencia a lo natural y el argentino lo está comenzando a incorporar en su
vida diaria. Sigue habiendo una tendencia a que la comida casera es
mejor que lo pre hecho o comprado.
Las gaseosas y los jugos no
son igual de sano que el agua. No siempre los productos diet son saludables.
No es bueno saltearse comidas, ya que se llega con mucho apetito a la siguiente
comida. Ha que masticar en lugar de tragar y sentarse a comer.
Claves para mejorar la
comida: *Elegir alimentos frescos y naturales. Los precocinados y comidas preparadas
suelen tener más grasas y más aditivos que los alimentos frescos.
* Hay que comer cinco
raciones diarias de frutas y verduras.
* Conviene consumir cereales
integrales y no refinados. Elegir pan integral, arroz integral, pastas
integrales, etc. La fibra da mas saciedad.
* Comer despacio y masticar
bien. Desde que empezamos a comer, la saciedad tarda 20 minutos en sentirse. Si
comes muy rápido, no vas a llegar a sentirla y habrás comido de más.
* Beber mucha agua.
Evidentemente, comemos mal.
Hay que tomar conciencia para cambiar de a poco los hábitos. Lo ideal sería
comprar gaseosas cuando ha un reunión (diariamente ingerir agua); bajar las
cantidades de carne (elegir cortes mas magros, por ejemplo, nalga, cuadrada o
bola de lomo) e incorporar ensaladas, legumbres y frutas; y comer menos pan y
mas lacitos. Hay que darse los gustos, pero no abusar de ellos. Dejarse “el
permitido” para los fines de semana y tratar de hacer una dieta equilibrada y
colorida.
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