viernes, 18 de noviembre de 2016

COMO COMEMOS LOS ARGENTINOS



Aunque en el país se producen alimentos para más de 400 millones de personas, la comida de la mayoría de los argentinos (chicos y grandes, pobres y ricos) no tiene, según coinciden diversos estudios, una alta calidad nutricional: cuatro de cada diez calorías que integran esa dieta carecen de una concentración óptima de nutrientes esenciales, como calcio, hierro, vitaminas, minerales, fibras y grasas buenas.
Mas de la mitad de la alimentación diaria de los argentinos se centra en alimentos a base de trigo (pan, pastas, galletitas, panificados, masas, pizza, empanadas, etc.), con azúcar (gaseosas, jugos, golosinas, snacks, etc.), pollo y carnes rojas. Esto hace que la alimentación de la mayoría no sea completa ni adecuada: tenemos demasiada energía (ya que estos grupos de alimentos son muy calóricos) y nos faltan nutrientes esenciales. Entonces, tenemos un alto índice de población con sobrepeso pero desnutridos. Los excesos integran un conjunto de determinantes del aumento en el sobrepeso, obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes.
También hay una dieta deficiente en frutas y verduras. Estos son alimentos muy ricos en vitaminas y minerales, aportan mucha agua y son bajos en calorías.
Tres de cada diez chicos en etapa escolar con sobrepeso y una alimentación en la que sobran calorías, grasas saturadas y sodio; como contracara, hay 30 % de anemia en chicos menores de dos años y los desnutridos crónicos son el 10%. Una alimentación monótona y de baja calidad es el elemento común.  Actualmente, suelen trabajar ambos padres, por lo tanto, la cena no suele ser nutritiva y sana. Los jóvenes suelen imitar a los padres y, si ellos no se cuidan ni con la alimentación ni con la actividad física ni con el cigarrillo y el alcohol (que son dañinos), no pretendamos tener una sociedad sana que se cuida y respeta.
Los argentinos comen algo menos de la mitad de las porciones de alimentos saludables que deberían consumir, como verduras, frutas, leche, carnes de diverso tipo, cereales, legumbres y aceites. Tenemos el consumo de pan mas alto del mundo.
Por ejemplo, se consumen 350 gramos de carne al día cuando lo recomendable es comer 170 gramos al día. En el caso de las harinas y sus derivados (como harinas, panificados, pizzas o fideos), batatas y papas su calidad nutritiva es baja, llenan el estómago con poca plata y su consumo supera el 128 % de la ración ideal que podría cubrirse con una papa chica, dos pancitos chicos y unas pocas galletitas. El 38 % de los líquidos son infusiones como el mate y el té. Y golosinas sobran. El cuerpo precisaría a diario 450 gramos de verduras y otro tanto de frutas. El argentino promedio 195 gramos de verduras, 140 de frutas y con poca variedad. Tres veces al día de yogurt o leche estarían bien, pero se ingieren poco mas de uno.
Las peores costumbres son: *Consumir  altas dosis de gaseosas, jugos y aguas saborizadas. Estas son bebidas artificiales, cargadas de azúcar y edulcorantes, saborizantes, colorantes, etc. Nada de esto natural.
* El deficitario consumo de frutas, verduras y legumbres.
* El alto consumo de harinas refinadas.
* El hecho de saltear comidas.
Según los nutricionistas, para mejorar el consumo de cereales habría que intentar disminuir a la mitad la cantidad de pan que ingerimos y aumentar la presencia en la mesa de pastas, arroz o cereales simples y legumbres.
Los cereales son la base de la dieta. Evitar el consumo exagerado de pan y de azúcares simples y reemplazarlos por cereales sería beneficioso.
Últimamente, hay una mayor tendencia a lo natural y el argentino lo está comenzando a incorporar en su vida diaria. Sigue habiendo una tendencia a que la comida casera es mejor que lo pre hecho o comprado.
Las gaseosas y los jugos no son igual de sano que el agua. No siempre los productos diet son saludables.  No es bueno saltearse comidas, ya que se llega con mucho apetito a la siguiente comida. Ha que masticar en lugar de tragar y sentarse a comer.
Claves para mejorar la comida: *Elegir alimentos frescos y naturales.  Los precocinados y comidas preparadas suelen tener más grasas y más aditivos que los alimentos frescos.
* Hay que comer cinco raciones diarias de frutas y verduras.
* Conviene consumir cereales integrales y no refinados. Elegir pan integral, arroz integral, pastas integrales, etc. La fibra da mas saciedad.
* Comer despacio y masticar bien. Desde que empezamos a comer, la saciedad tarda 20 minutos en sentirse. Si comes muy rápido, no vas a llegar a sentirla y habrás comido de más.
* Beber mucha agua.
Evidentemente, comemos mal. Hay que tomar conciencia para cambiar de a poco los hábitos. Lo ideal sería comprar gaseosas cuando ha un reunión (diariamente ingerir agua); bajar las cantidades de carne (elegir cortes mas magros, por ejemplo, nalga, cuadrada o bola de lomo) e incorporar ensaladas, legumbres y frutas; y comer menos pan y mas lacitos. Hay que darse los gustos, pero no abusar de ellos. Dejarse “el permitido” para los fines de semana y tratar de hacer una dieta equilibrada y colorida.

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