El domingo pasado el Papa Francisco encabezó una misa en la Basílica de San Pedro en
la que se conmemoró el centenario del Genocidio Armenio. Utilizó, pese a las presiones de parte de Turquía para
que no lo hiciera, el
término “genocidio” para referirse a la matanza de un millón y medio de
víctimas asesinadas por el Imperio Otomano durante la Primera Guerra
Mundial.
“Esconder o
negar el mal es como dejar
que una herida continúe sangrando sin curarla”, dijo Bergoglio durante
la misa.
Los dichos
del Pontífice tuvieron gran repercusión en Turquía. Según el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu,
utilizar el término "genocidio" en el contexto de lo ocurrido hace un
siglo en Turquía revela una postura "contradictoria y
discriminatoria" por parte del Vaticano. Los turcos consideran las
masacres de armenios cristianos como un conflicto armado más dentro del
contexto de la Primera
Guerra Mundial y en el que también murieron muchos
musulmanes.
El ministro turco de Asuntos
Europeos, Volkan Bozkir, declaró que los argentinos y el Papa habían
recibido un "lavado de cerebro por los armenios ricos y poderosos".
Varios años atrás Juan
Pablo II se refirió al exterminio armenio como “el
primer genocidio del siglo XX”, situando a continuación los perpetrados por el
nazismo y el estalinismo.
El martes pasado la presidenta argentina se reunió con el arzobispo Kissag Mouradian y
miembros de la colectividad armenia en la Residencia de Olivos para "expresar su
solidaridad con el centésimo aniversario del Genocidio Armenio", según la
oficina de prensa presidencial. También en este día la Cámara de Diputados de
Chile aprobó un proyecto de resolución en el que se "solidariza
con la nación armenia condenando el genocidio de su pueblo iniciado en
1915".
La Eurocámara exigió el miércoles pasado que Turquía
reconozca el genocidio y aprobó una resolución en la que se rinde
homenaje en la víspera del Centenario. Los grupos políticos pactaron una
resolución conjunta en la que piden que el Imperio Otomano, en la conmemoración
del centenario del Primer Genocidio del
siglo XX, asuma su pasado, reconozca el genocidio y así encontrar el
camino para una reconciliación entre los pueblos turco y armenio.
En Ankara sí importan lo
que opinen otros países respecto a las matanzas de
armenios y de si las reconocen o no como un “genocidio”. Esto se ve a través del titular
de Exteriores, Mevlut Çavusoglu, ya que tiene previsto acudir a Estados Unidos
el mismo día del centenario para tratar de influir en Washington.
El gobierno de EE. UU.
siempre ha sido cauteloso para utilizar el término Genocidio y no molestar así
a su aliado turco. En lugar de éste término ha preferido decir Gran Crimen.
Este año, armenios y turcos estarán atentos a lo que pronuncie el presidente
Barack Obama respecto del tema, pues están en juego soliviantar o no a uno u
otro pueblo y una importante licitación de misiles.
Turquía siempre ha negado
el genocidio, reconocido por 22 países, entre ellos, la Argentina.
Turquía, sucesora legal
del Imperio Otomano disuelto tras la Primera Guerra Mundial, nunca ha aceptado que la
matanza entre 1915 y 1917 fue un genocidio y que dejó tantas muertes.
Según ellos, la cifra es de medio millón de víctimas y que se trató de una
masacre entre armenios y turcos musulmanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario